lunes, 21 de noviembre de 2011

(3). Marco Teórico


La psicología comunitaria es la disciplina que analiza, interviene e identifica las problemáticas dentro de una comunidad, tomando como punto de partida la interacción entre los miembros de la comunidad en general y su idiosincrasia. Va más allá que la psicología social, puesto que en esta el papel es más de observación y análisis y no de intervención directa dentro de la comunidad; restringe su campo de acción. Mientras que la psicología comunitaria tiene autonomía y amplitud en el desarrollo de su investigación e intervención.

La psicología comunitaria trabaja interdisciplinariamente, estando relacionada por ejemplo con la economía, medicina, sociología, antropología, entre otras áreas del saber. Su objetivo es mediar procesos de cambio dentro de una comunidad, dejando de lado el asistencialismo y promoviendo la autonomía, autogestión y acción directa por parte de los sujetos quienes la conforman, para que la intervención del psicólogo comunitario no se limite a lo que dure el proceso metodológico que este realiza con la comunidad, sino que pueda ser continuado por ellos mismos a lo largo del tiempo, como nueva característica que favorezca sus condiciones de vida, partiendo de un proceso de concientización y reflexión que permita desnaturalizar las relaciones de poder que los mantienen como sujetos pasivos ante el cambio. “La capacidad reflexiva tiene un papel de relevancia en el proceso de constitución y cambio del sujeto” (Alfaro, s. f.)

Respecto a la metodología de intervención propuesta por la psicología comunitaria, esta hace uso de la Investigación – Acción – Participativa (IAP) la cual permite que los mismos integrantes de la comunidad implicada en la intervención sean sujetos activos a lo largo de todo el proceso, desde la elaboración de diagnósticos de necesidades, pasando por la elección del método de intervención hasta la evaluación y discusión de resultados.  

Este es un proceso dinámico, educativo e inclusivo, y su eficacia es directamente proporcional al grado de cohesión y participación de todos los miembros de la comunidad.

La psicología comunitaria y la IAP rompen esquemas respecto a la tradición en la relación sujeto / objeto, convirtiendo el proceso en una relación horizontal de sujeto / sujeto (Montenegro, 2004) puesto que parte de una amplificación socioconstruccionista en la que el conocimiento científico o profesional no es un saber que llega a ser impuesto en la comunidad, sino que por el contrario interactúa con el saber popular, generando nuevas formas de conocimiento y aproximación a la realidad. 

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