viernes, 4 de noviembre de 2011

(1). Introducción

    
      Al ser la psicología comunitaria una disciplina que implica que sus profesionales actúen como agentes de transformación social, poniendo sus conocimientos al servicio de la comunidad  para así lograr “un cambio en el modo de enfrentar la realidad, de interpretarla y de reaccionar ante ella” (Montero, 2004), resulta pertinente trabajar con una comunidad que es novedosa en el contexto del territorio colombiano: los barra brava.


Lo que diferencia a un seguidor  de fútbol del común y un barra brava, es la forma en que se vive el fútbol. El barrismo exige un compromiso total por parte del seguidor; y el sagrado ritual de acompañar al equipo sin importar si juegan locales o visitantes. Se ubican en las laterales norte y sur de los diferentes estadios; el partido se observa de pie los 90 minutos, acompañado de gritos y cánticos al ritmo de redoblantes, bombos, trompetas y platillos; y hay una rivalidad fuertemente marcada hacia los seguidores de los equipos contrarios, generando una necesidad de poder entre sus integrantes, manifestándose en la territorialidad impuesta en cada barrio, marcas en las paredes y puentes a lo largo de toda la ciudad, y más extremo aún: con enfrentamientos y agresiones físicas hacia sus oponentes.

Pero no todo está enmarcado dentro del carácter negativo. El presente proyecto aborda la barra brava como eje de vida para sus seguidores y presenta como se ha desarrollado su vida alrededor de ella en una dialéctica de construir y ser construidos con su comunidad, mediante el discurso social o práctica discursiva. 

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